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Texto y Dramaturgia

                   Partimos de la obra original de Antonio de Villegas -Medina del Campo 1522-, y ya aquí nos encontramos con una doble opción: el romance y la novela. Nuestra elección es no renunciar a ninguna de las dos y dejar que dialoguen entre sí, sumando las voces populares que nos aportan los romances anónimos de la época, con las canciones fronterizas, las referencias textuales posteriores e incluso aventurándonos en la escritura para solucionar alguna elección en la solución de la pieza, pues nos encontramos que cada autor hace la suya, y de esta manera establecemos un nuevo diálogo a través del tiempo con nuestra propuesta de contemporaneidad.

         

“El Abencerraje no es un bello sueño poético, sino una obra que recoge la resonancia de los más graves planteamientos espirituales de la época, aparecida en tiempos decisivos para la historia de los españoles. La afirmación de un ideal ético de condición civil, con la denuncia implícita de la intolerancia que representa la obra.” 

 

                      Con El Abencerraje se inicia el grupo literario MORISCO, y podemos decir que esta obra fue al “morisco” lo que El Lazarillo a la “picaresca”.

       Proponer este texto y darle forma dramática y musical, haciendo coincidir el mayor número de disciplinas de las Artes Escénicas (música, danza, verso, lucha, audiovisuales, técnicas arcaicas de puesta en escena, sombras, danza de vientre, Flamenco), además de una propuesta escénica, es una verdadera oportunidad para encontrarnos desde Occidente con nuestras señas de identidad y apoyar un diálogo que aparece como legado cultural milenario.
                   Para nuestra Cultura es una gran oportunidad establecer, además, ese diálogo con referentes tan potentes como el Flamenco o las danzas árabes; o indagar en la iconografía concreta y los ambientes que ese diálogo estableció en Al Ándalus, en lugares tan apasionantes como La Alhambra (Escena del patio de Los Abencerrajes) y la Ruta Califal; lo que nos regala un mapa concreto de cuadros y evocaciones de gran valor, que puestos en escena son un verdadero golpe para los sentidos, abriendo de inmediato la puerta a la palabra.

         En Occidente trabajamos con códigos que van muriendo rápidamente, a diferencia del la arcaica pero sólida tradición oriental. En sólo un siglo podemos aceptar multitud de corrientes, de lenguajes, de propuestas, tanto de forma como de pensamiento, que van incluso solapándose y que conviven geográficamente. No hace cien años el Arte se revolucionaba en Vanguardias y el Teatro luchaba por salir del corsé, y no hace cincuenta nos acercábamos a la razón del personaje, para acabar deshaciendo lo hecho poco más tarde. En definitiva, el teatro, cuando es pura expresión, necesidad pura, se deshace al tiempo que se hace. Este viaje es cada vez es más rápido, dadas las circunstancias, y queremos aportar nuestra razón antropológica, eso sí, a través de la diversión y la diversidad.

Historia del Abencerraje y de la Hermosa Jarifa nos da juego para hacer el paso, aportar nuestros códigos frescos, con base en la tradición de los textos del XVI; el diálogo entre Flamenco y Romance, entre la formalidad del verso y la libertad del movimiento, de la lucha escénica, de la tradición oral, de la música hecha a pie de calle y de la multitud de prismas que nos ofrece la  articulación peculiar de la historia.

 

                      Estamos ante un texto que consideramos de gran valor, pues esta vez no es el amor, los celos o la honra, sino que son razones antropológicas las que mueven la acción; dos culturas diferentes que se ven en la encrucijada y en la oportunidad de entenderse. A la lección de generosidad de uno, se sumará en un abrazo la grandeza humana de la palabra del otro. Por último, la intervención de la Hermosa Jarifa en el conflicto, abre la puerta a otro diálogo que aun hoy día está pendiente de solucionar en nuestras sociedades.

 

BORJA RODRÍGUEZ

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